24 junio 2012
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Dioses egipcios
A lo largo de toda la historia de la antigua civilización egipcia existieron muchos dioses. Algunos desaparecieron, otros se unieron a otra divinidad y formaron otra nueva (sincretismo) y otros fueron adoptados de otras culturas. Una de las características principales de los dioses del Antiguo Egipto es su conexión con la naturaleza, el intento de reflejar fenómenos naturales o de simbolizar actitudes o valores de animales y plantas, por eso muchas divinidades se representan mitad humanos mitad animales. La devoción que sentían por sus dioses, según Herodoto, no tenía parangón en el mundo antiguo.
Desde el dualismo de todos los dioses, está claro que los animales fueron los primeros en obtener el estatus divino y con el tiempo de obtener forma humana. Debido a esto todos los dioses tenían dos cosas en común - eran miembros de la familia con sus homólogos del sexo opuesto y se manifestaron en la tierra a través de los animales. Así, la fauna local salvaje, de aves, cocodrilos, serpientes, tortugas, ranas, además de ganado, perros, gatos y otros animales domésticos fueron considerados como las imágenes vivas de un dios o diosa particular y una parte natural e indestructible del entorno en el que vivía la gente.
A lo largo de toda la historia de la antigua civilización egipcia existieron muchos dioses. Algunos desaparecieron, otros se unieron a otra divinidad y formaron otra nueva (sincretismo) y otros fueron adoptados de otras culturas. Una de las características principales de los dioses del Antiguo Egipto es su conexión con la naturaleza, el intento de reflejar fenómenos naturales o de simbolizar actitudes o valores de animales y plantas, por eso muchas divinidades se representan mitad humanos mitad animales. La devoción que sentían por sus dioses, según Herodoto, no tenía parangón en el mundo antiguo.
Desde el dualismo de todos los dioses, está claro que los animales fueron los primeros en obtener el estatus divino y con el tiempo de obtener forma humana. Debido a esto todos los dioses tenían dos cosas en común - eran miembros de la familia con sus homólogos del sexo opuesto y se manifestaron en la tierra a través de los animales. Así, la fauna local salvaje, de aves, cocodrilos, serpientes, tortugas, ranas, además de ganado, perros, gatos y otros animales domésticos fueron considerados como las imágenes vivas de un dios o diosa particular y una parte natural e indestructible del entorno en el que vivía la gente.